Una vez repasados los factores, podemos formularnos una serie de preguntas que serán las que definitivamente nos den la respuesta para elaborar la propuesta.
1. ¿Cuál es nuestro público objetivo?
Debemos identificar a los clientes y clientes potenciales, realizar una descripción cuantitativa y cualitativa de los mismos. Debemos averiguar lo máximo posible sobre ellos para garantizar la efectividad de los mensajes que les enviemos.
2. ¿Resolvemos las necesidades de nuestros clientes?
Conociendo a los clientes, conoceremos sus necesidades y tendremos claro si nuestro producto o servicio resuelve sus problemas o necesidades.
3. ¿Cómo lo hacemos?
La manera de resolver dichos problemas también puede ser determinante a la hora de que un cliente se decida por un producto u otro.
4. ¿Cuál es nuestra filosofía?
Los valores de la empresa se trasladan a sus productos y servicios y pueden generar identificación de los clientes con los mismos.
5. ¿Quién es nuestra competencia?
Es una pregunta fundamental. El estudio de la competencia es clave para ser capaces de diferenciar la oferta propio del de nuestros rivales.