Los objetivos fundamentales de la gestión de inventarios son reducir al mínimo los niveles de productos en existencia y asegurarse de que exista disponibilidad de cada producto terminado, en curso, materia prima, insumo, etcétera, en el momento justo.
Todo inventario cuenta con ciertos costos asociados, los cuales se diferencian según la naturaleza de la organización:
Costos por solicitud de productos
Consiste en el proceso de emitir una orden de pedido (llamadas telefónicas, preparación de formatos, gastos administrativos de papeleo, además de los gastos intrínsecos a la solicitud de determinada cantidad de unidades, como lo son los asociados con los procesos de recepción, cotejo y acomodo en bodega).
Costo de almacenamiento
Los costos asociados con el mantenimiento de un inventario (administrado por la organización) están determinados principalmente por la permanencia promedio de las unidades logísticas en un lugar determinado en función del tiempo. Esto se debe a que cada unidad representa un costo de manipulación en los procesos de recepción, almacenamiento, inspección y despacho.
Otro factor que incide en el costo de mantenimiento son los precios de oportunidad. Estos se relacionan con la inversión realizada en la adquisición de inventarios y que ocasiona que la organización prescinda de montos para inversiones en procesos que estimulen la generación de valor agregado.
Sobre los costos de almacenamiento recaen distintos elementos, como los costos de servicios de almacenaje, que incluyen los seguros, los impuestos y el exceso de inventario. Un factor no menos importante es el riesgo. Este factor agrupa los costos de obsolescencia, de robo, de averías y de traslado.
Para el inventario administrado por un tercero es importante establecer la naturaleza de los costos –fijos y variables–, ya que estos desempeñarán un papel preponderante en la determinación de las unidades óptimas de pedido.